Trasplante Capilar y el sueño de Zorro
Zorro que sueña llegó a casa con la decisión tomada de hacerse un trasplante capilar.
Tras más de veinte reuniones era la primera vez que había hablado en el grupo y fue casi sin darse cuenta – “Yo no sueño.” – fue todo lo que dijo y todos se rieron, incluso él se sorprendió al verse envuelto en la carcajada general. No deja de ser gracioso tener un nombre tan contradictorio.
– Ya es suficiente chicos – Cortó Tom al ver a Zorro con los ojos demasiado brillantes. –
– Por lo menos ya sabemos que no es mudo – replicó Hanna todavía riéndose.-
– Muy bien Hanna, ¿ahora puedes contarnos tú si tienes algún sueño recurrente? – Dijo Tom levantando las palmas de las manos
– Yo sueño con ojos, esté donde esté hay ojos que me miran. Las luces de las farolas son ojos, de los nudos de los árboles aparecen ojos que se abren y se cierran.
– Y tu ¿Qué es lo que haces? – Preguntó Tom.-
– Yo les miro también y cuando los ojos vienen del suelo, de las alcantarillas, los miro de reojo y les dejo que miren debajo de la falda. – al decir esto cruzó los brazos sobre sus piernas para intentar taparlas aunque no hiciera falta pues siempre vestía vaqueros largos.
Los sueños de Hanna dividieron al grupo en dos, los que decían que se creía muy guapa y que por eso pensaba que todo el mundo la miraba y los que decían que tenía muchos complejos.
Zorro lo que pensaba era que de cualquier forma era una gran suerte tener sueños y que todo el mundo frivolizaba con el tema. Los sueños son algo sagrado que envían Manitú y otros espíritus divinos. En su pueblo para ser un gran jefe hay que tener sueños y para su desgracia él, al que habían dado el nombre de un futuro jefe, no los tenía.
– Es tu turno Edgar – Tom elevó su voz sobre el resto al ver que esta vez la que estaba acalorada era Hanna. –
– A mi me gustaría dedicarle esto a Hanna:
Sigo soñando que estoy en tu sueño
Un mundo de playas, amores y viento
Sigue soñando que estás en mi sueño
Venciendo a los malos, surcando universos
Sigo soñando que sueño despierto
Que te amo, me amas y no te merezco
Durante unos segundos se hizo el silencio. Luego intervino Huck:
– Está claro que Edgar tiene que tener un atrapasueños, de esos que son como una tela de araña y se cuelgan en la puerta, esos que usan los indios Lakota, o eso o es en su tremenda pelambrera donde se le quedan enredados. Zorro sabrá muy bien de lo que hablo.
– A Zorro le recomendaría yo unas buenas sesiones de mesoterapia, mezcladas con Keratina y plasma rico en plaquetas. – soltó Linda a bocajarro consiguiendo otra estruendosa carcajada general.-
Fue en ese momento cuando Zorro que sueña lo vio claro, todos sus antepasados que habían llegado a ser jefes, incluyendo al mismísimo Caballo Loco, tenían una hermosa y larga cabellera, pero él, a pesar de su juventud, llevaba la cabeza rapada para disimular las grandes entradas y la coronilla. Lo que necesitaba era un trasplante capilar, luego se dejaría el pelo largo y conseguiría atrapar los sueños.
Y al mismo tiempo que en su mente pronunció la solución a su problema oyó como en sueños, procedente de todo el grupo:
– ¡¡ Trasplante capilar … trasplante capilar … trasplante capilar !