Alfonso LLopart

“ Llevaba varios años planteándomelo. Siempre he tenido entradas y no me importaban, pero en cuanto vi que la coronilla me empezó a clarear lo tuve claro: la solución era hacerme un injerto capilar. Me hablaron de hacérmelo en Turquía, pero a través de un amigo conocí la clínica Inhairclinic y tras una primera visita con el Dr. de Inhairclinic, me convencí de que era mi mejor opción. Busqué un par de días con fin de semana largo después para el reposo y voilá. Dependiendo de la cantidad de unidades capilares que te vayan a trasplantar se hace en una o más sesiones. En mi caso fueron 2. Lo que más me gustó es que el quirófano es muy cálido y agradable, no como en la mayoría de hospitales. La música no para de sonar y el doctor y la enfermera cantan durante la intervención ¡se las saben todas! lo que contribuye a que estés más relajado. Unos pinchacitos de anestesia y ya no te enteras de nada. Por la mañana te extraen los folículos, por la tarde te los injertan. Se puede hacer un poco pesado pero no duele en absoluto. El postoperatorio es estricto pero tampoco se me está haciendo pesado. Los primeros días, reposo casi total. Lo más chocante y gracioso es que se te pone la cabeza como un balón pero a los pocos días la hinchazón se va esfumando. Después hay que tomarse las cosas con tranquilidad y seguir unas normas básicas, con el asesoramiento que te hace el Dr. Han pasado solo 4 semanas y aunque sé que el proceso se completa al cabo del año, ya estoy más que encantado.”