Pérdida de pelo : Qué hacer y qué no hacer

Somos muchos y muchas los que experimentamos pérdida de pelo en ciertos momentos de nuestra vida pero no todos somos capaces de darnos cuenta a tiempo y lo que es más complicado, cambiar ciertos hábitos que no ayudan a tener un cabello sano. No podemos caer en demagogias, tenemos que reconocer que hay factores que dañan y debilitan el pelo que se nos escapan de las manos como la carga genética, sin embargo, otros factores como el estilismo capilar, nuestra dieta habitual o estilo de vida habitual pueden tener un impacto muy importante sobre la salud, fuerza y resistencia capilar de cada uno. Cuando sabemos qué hacer y qué es lo que no favorece a nuestro cabello, podemos hacer avances enormes para prevenir y desacelerar la pérdida de pelo.

Si te encuentras en los primeros estados de la alopecia, en aquellos que ves pelo en la ducha, en el cepillo del cabello o te los encuentras encima de la almohada cuando despiertas ten en cuenta lo que debes y lo que no debes hacer.

Fumar limita el flujo de sangre del cuerpo y reduce la cantidad de nutrientes esenciales que llegan a los folículos capilares

Lo que podemos hacer.

Dieta saludable.

Como en otros aspectos de la salud, la salud capilar se ve fortalecida por los alimentos que comemos y las cantidades en las que los ingerimos. Estas deben ser las suficientes para garantizar una cantidad óptima de nutrientes que necesitamos. Una dieta que incluya una cantidad saludable de proteínas de diversas fuentes puede ser clave para el crecimiento y la salud del cabello. Pocos alimentos son tan ricos en proteínas como las nueces y las legumbres. Introduciendo una pequeña cantidad diaria de frutos secos como nueces, almendras o anacardos nos aportarán una gran variedad de vitaminas, minerales y grasas saludables. La falta de hierro es otra causa frecuente que contribuye a la pérdida del pelo, así que, si introducimos alimentos ricos en hierro como la espinaca, la col rizada, el brócoli y otras verduras de hoja verde estaremos ayudando a endurecer la salud de nuestro cuero cabelludo.

Duerme lo suficiente.

Dormir lo suficiente es una parte indispensable de la salud en general, ya que gastamos enormes cantidades de energía todos los días y necesitamos un tiempo de descanso para que nuestros cuerpos puedan funcionar como un reloj. La falta de sueño evita que nuestros cuerpos reparen y regeneren los folículos capilares, lo que hace que el cabello deje de crecer, se debilite y, finalmente, se caiga más de lo que lo haría de otra manera. Incluso el pelo que no se ha caído sufrirá un daño notable, perdiendo brillo y volumen.

Controla tu estrés.

La producción excesiva de hormonas del estrés contribuye a la fatiga suprarrenal, que ocurre cuando el cuerpo produce demasiado cortisol. A su vez, esta producción excesiva conduce a una producción insuficiente correspondiente de hormonas como la aldosterona y los andrógenos. Dado que estas hormonas son necesarias para el crecimiento normal del pelo, un suministro insuficiente causará debilitamiento o calvicie. Encuentra maneras de aliviar el estrés del día a día que te funcionen.

Mantente hidratado. Así como una planta no va a crecer y al final morirá sin agua, tu cuero cabelludo necesita mantenerse hidratado para estar sano. El cabello es una de las primeras partes de su cuerpo que muestra los efectos de la falta de agua, vitaminas y minerales. Tenemos que hacer un esfuerzo y beber entre 1,5 y 2 litros de agua a lo largo del día.

Una dieta que incluya una cantidad saludable de proteínas de diversas fuentes puede ser clave para el crecimiento y la salud del cabello

Lo que no debemos hacer.

NO lleves peinados agresivos.

Algunos problemas de pérdida de pelo son causados ​​por la forma en que tratamos y peinamos nuestro cabello. La coleta tipo “colas de caballo”, las coletas o las trenzas apretadas pueden provocar una afección llamada alopecia por tracción. La tensión constante y severa en los folículos capilares debido a tales peinados dañará y debilitará esos folículos y pudiendo llegar a matarlos, causando su caída. Evita estos estilos de peinado, y también aquellos que requieren que el pelo se enrolle firmemente durante un período prolongado o los postizos y los tejidos que deben fijarse o sujetarse al pelo.

NO fumes.

Fumar limita el flujo de sangre del cuerpo y reduce la cantidad de nutrientes esenciales que llegan a los folículos capilares. Sin un suministro adecuado de esos nutrientes, los folículos se debilitarán en lugar de crecer, y finalmente se caerán.

NO abuses de lacas, espumas, gominas, etc.

Aunque tendemos a pensar lo contrario, tenemos pocas pruebas de que los productos de peinado cotidianos como la espuma, geles o la laca para el pelo tengan algún efecto adverso en nuestros folículos si se usan correctamente. La clave es asegurarse de lavarnos el cuero cabelludo regularmente para evitar que dichos productos contribuyan a la acumulación a largo plazo de placa a base de sebo. Cuando se combina con contaminantes, aceites y sudor, esta acumulación podría conducir a una afección llamada foliculitis del cuero cabelludo que puede hacer que sea imposible que los folículos capilares mantengan un ciclo normal de crecimiento del cabello.

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Esta información es exclusivamente un consejo médico y no reemplaza a una consulta con un profesional dermatólogo o capilar cualificado ya que cada paciente y cada caso específicos requieren atención personalizada.