Logran que crezca pelo en ratones calvos
Científicos japoneses logran que crezca pelo en ratones calvos de nacimiento. Hasta ahora lo que se había conseguido era reactivar los folículos pilosos defectuosos de algunos animales. Pero este caso es completamente distinto. El reto era hacer crecer pelo en ratones que originalmente no poseían ningún folículo piloso. En los folículos es donde se concentran las células madre que son las que se encargan de dar vida al pelo. Un folículo piloso puede contener uno o varios cabellos y sin folículo no puede haber pelo.
Esta investigación es muy valiosa porque los científicos japoneses hicieron surgir pelo sobre una piel que no estaba diseñada para ello. Estamos hablando de una raza de ratones lampiños. Avances como este significan mucho, pues abren puertas al mundo de la medicina en general y al de la estética en particular.
Precedentes del experimento en ratones
No es la primera vez que se hacen experimentos con ratones lampiños. Ha habido casos como el de un roedor calvo al que se ha implantado una oreja de persona en el lomo. Científicos de Massachusetts colocaron un fragmento de cartílago de oreja humana en una estructura de polímero y la introdujeron bajo la piel de un ratón sin pelo. Al nutrirse de la sangre del roedor, las células del cartílago colonizaron el polímero y cubrió completamente la estructura con forma de oreja. Este mismo experimento lo realizaron científicos japoneses también con éxito.
La finalidad de este tipo de investigaciones es implantar estas estructuras en los humanos para que desarrollen sus propios órganos y no tener que recurrir a la donación. Siempre es mejor que el órgano proceda de la misma persona y así evitar rechazo. Se pretende crear órganos vitales enteros y funcionales a partir de un cultivo de células del paciente. Sería muy interesante conseguir órganos propios como el hígado y los riñones, ya que suelen ser más complicados de trasplantar.
Científicos japoneses logran que crezca pelo en ratones calvos
El experimento con los ratones lampiños se llevó a cabo en la Universidad de Ciencias de Tokio. La técnica que emplearon fue la regeneración de tejidos. La intención de estas investigaciones es terminar con la calvicie e ir más allá: sustituir los órganos enfermos o envejecidos de las personas. Ya han conseguido lagrimales, dientes y glándulas salivales. El procedimiento consiste en crear órganos en el laboratorio usando células madre y luego implantarlos en animales. Estos las desarrollarán en el cuerpo como si de un órgano más se tratara.
Pasos de la investigación con ratones lampiños
Como en todo trabajo de laboratorio, los científicos japoneses tuvieron que ser muy estrictos con el procedimiento a seguir para conseguir que creciera pelo en los ratones calvos. Es importante respetar los tiempos y estar abierto a procesos de ensayo y error.
- El primer paso fue extraer células madre de folículos pilosos de ratones adultos con pelo para que crecieran en el laboratorio.
- Posteriormente, con técnicas de bioingeniería, las hicieron germinar sobre una especie de cápsula plástica que se asemejaba al tejido epitelial. Con esto se aseguraron de que los folículos se adhirieran a una base y prevenían la formación de quistes epiteliales.
- Tres días después del trasplante, la base sintética ya estaba cubierta con una mayor densidad de pelo. Entonces, la placa se trasplantó al ratón lampiño y 14 días más tarde se pudo observar una pequeña erupción del tallo del cabello en el 94% de los implantes.
- Al mes y medio, el implante ya tenía conexiones nerviosas en casi un 75% de los casos. Los nuevos pelos eran totalmente funcionales a la biología de la piel. Tenían glándulas sebáceas, raíz y vaina, igual que el cabello natural. Además, el nuevo vello era tan fuerte como el de los ratones donantes y con los mismos patrones que el original, incluyendo todas sus características como la ondulación. Los folículos pilosos desarrollados en el laboratorio no generaron rechazo.
- El pelo creció entre 3 y 5 milímetros al igual que en los ratones donantes y se vio que seguía creciendo. Como ocurre con todo el pelo, el cabello implantado se cayó y después volvió a crecer, siguiendo su ciclo normal de vida. De esta forma, los ratones calvos del experimento tuvieron pelo.
Nadie sabe hasta dónde puede llegar la ciencia, pero lo que es cierto es que hay grandes expectativas. El mundo de la medicina está en constante cambio y la bioingeniería y la biotecnología ofrecen un campo infinito. Estos avances pueden ayudar a muchas personas tanto desde el plano médico como del estético.
Este experimento con ratones calvos ha sido un éxito y abre una puerta a la esperanza para tratar la calvicie. Permitirá solucionar el problema a los que han perdido su cabello por la alopecia androgenética, cicatrices o heridas en el cuero cabelludo. Pero por el momento tenemos la gran suerte de que ya sea realidad el trasplante capilar.
Parece que aún queda algunos años para que esta técnica se aplique en los seres humanos. Tiempo al tiempo…