La alopecia en los mamíferos
La alopecia en los mamíferos, tanto en humanos como en animales, puede provenir de algún problema o simplemente es la muda natural del pelo. Todas las especies cambian el vello en mayor o menor medida, es normal. Lo que no es normal es que se queden completamente calvos. Factores muy diversos influyen en la muda: la raza, la edad, las hormonas, la salud, la dieta, el aseo o el estado anímico del animal.
Curiosamente, el término alopecia proviene del zorro. A principios del siglo XX el dermatólogo francés Sabouraud buscaba un vocablo para describir la pérdida anormal de cabello de sus pacientes. Escogió la palabra alopecia porque en latín definía el proceso por el que se les caía el pelo a los zorros (alopex) dos veces al año. En ese momento no se entendía por qué sucedía esto.
Causas fisiológicas de la alopecia
Las razas con una alta densidad de folículos pilosos tienen más pelo en el manto superior que en el inferior. Algunos mudan lentamente porque los folículos se encuentran en fase de crecimiento todo el tiempo. Otras razas tienen la mayoría de los folículos en fase de muda y no muestran casi pelo. Los animales de pelo corto mudan con más frecuencia que los de pelo largo. Gatos Sphinx o perros Xoloitzcuintle parecen no tener pelaje, pero no es así. Su vello es tan corto y fino que no se aprecia a simple vista.
Después del nacimiento no se forman folículos pilosos nuevos. Los folículos de un cachorro constan de un solo vello. Los pelos secundarios salen a las 12 semanas. En realidad, las crías no pierden su primer manto, sino que suman una capa de pelo de adultos. La primera muda suele producirse entre los 4 y 14 meses.
La sangre contiene hormonas que determinan las fases de crecimiento del pelo. La muda se controla por cambios hormonales vinculados al número de horas de sol y la intensidad de la luz solar. Los animales de exterior tienden a mudar más pelo en primavera.
Causas no fisiológicas de la alopecia
Cualquiera que tenga un animal doméstico habrá notado que se le cae el pelo. En unas épocas más que en otras. Ocurre lo mismo con el resto de mamíferos. El proceso de la muda es paulatino y se relaciona con los cambios estacionales. Es más patente en los animales que viven en zonas polares, árticas o de alta montaña (el zorro el lobo, el oso polar o el conejo). Para sobrevivir a las nevadas y al frío extremo los mamíferos necesitan un pelo más grueso. En otras ocasiones hasta cambian su color de pelo, por ejemplo, a blanco para camuflarse con el hielo o la nieve.
A veces los cuidados que damos a nuestros animales de compañía no son lo más adecuado para su pelo. Los baños frecuentes pueden resecar demasiado y causar una caída excesiva de pelo. También hay que tener precaución con los productos de aseo porque el pH no es igual en todas las especies. A los gatos no hace falta bañarlos, ellos se encargan de hacerlo, pero sí peinarlos. Los animales se ayudan con su lengua para retirar los pelos sueltos.
Lo mismo ocurre con el rapado. Muchos creen que hay que cortar el pelo de los animales en verano. Ellos direccionan su pelo para adaptarse al frio o el calor. Además, el pelaje les sirve para proteger su piel tanto de los rayos solares como del frío. A algunos perros se les para el crecimiento del pelo después de un corte aunque tras unos meses se reanuda. A los gatos, a no ser que tengan nudos, no se les debe cortar el pelo.
La mala nutrición afecta a todo el organismo y, por tanto, al pelaje. Una buena dieta se refleja en la calidad del pelo del animal. Se nota más en el lomo y las caderas porque los folículos pilosos presentan ciclos de crecimiento más cortos y periodos inactivos más largos. Las proteínas son necesarias para la queratina de la piel. El pelo de los animales con deficiencia proteica se seca y se cae fácilmente y tarda más en crecer. Si el animal no lleva una buena dieta puede tener una muda irregular. La vitamina B, el cobre y el zinc también influyen en el crecimiento de pelo de los perros.
Cuando el animal está estresado, la piel y el pelaje sufren también. El ruido, el aburrimiento, el miedo, los cambios, la alimentación, la escasez de agua, el encierro, el dolor y la ansiedad, acentúan la pérdida de pelo. Una visita al veterinario suele generarles estrés. Liberan hormonas en el flujo sanguíneo que inducen la caída del pelo durante unos días. En este caso no hay que preocuparse, pero en otros hay que prestar atención.
Los humanos, como mamíferos, también mudan el pelo. El cabello, las pestañas, las cejas y el vello de todas las partes del cuerpo se van cayendo para dar a paso a nuevos pelos. Cuando ese cabello no se renueva y se pierde definitivamente hay que analizar las causas. Algunas veces es cuestión genética, otras hormonal, por enfermedades, estrés o malos hábitos. Si está perdiendo cabello de forma alarmante, consulte con un especialista capilar que le dará la solución para acabar con su calvicie.