Problemas con los injertos capilares. ¿y si no va bien?

Podemos hablar de injertos capilares defectuosos por varios motivos que estéticamente dan al traste con las expectativas que cirujano y paciente habían puesto en el trasplante capilar.

El injerto capilar y el pelo de muñeca

Han pasado muchos años desde los primeros implantes capilares, allá por el año 1959, cuando el dermatólogo alemán Norman Orentreich puso en práctica su idea de trasplantar folículos de zonas donde “sobraban” a zonas donde faltaban.
En el método descrito por Orentreich el trasplante se llevaba a cabo en cuatro sesiones y en cada una de ellas se injertaban de forma completamente regular la cuarta parte de los folículos de manera que se intercalaran los folículos de unas sesiones y otras hasta dibujar lo que podría ser una de esas plantaciones de árboles en las que se ven perfectamente alineados, que es lo que ocurre con el pelo de las muñecas, con sus grupos iguales de pelos a intervalos perfectamente regulares.

Este efecto de pelo de muñeca, tan poco natural, se ha ido evitando a medida que las incisiones de los injertos se han ido haciendo cada vez más pequeñas, se ha pasado de los primeros punchs, que utilizara Orentreich con un diámetro de 4mm a los punchs actuales de 1mm – 0.7mm. Ya no se implantan esos primeros cilindros que contenían varios folículos pilosos y que daban el aspecto de islas flotantes en el cuero cabelludo, ahora cada folículo piloso, que eso sí, puede contener uno, dos y hasta cuatro pelos es injertado por separado.

Otro inconveniente que presentaba el implantar aquellos cilindros era que evidentemente había que retirar primero un cilindro similar de cuero cabelludo para dejar el espacio al injerto, con lo cual las zonas receptoras deberían estar completamente despobladas de pelos o asumir que se destruirían muchos folículos en el camino.
Ahora las incisiones se hacen cada vez más próximas y con un diseño más natural.

El injerto capilar y la dirección del pelo incorrecta

El siguiente motivo de injertos capilares defectuosos ha venido siendo la dirección incorrecta de colocación de los folículos pilosos. Un buen cirujano capilar tendrá la habilidad de ir variando el ángulo de los injertos dependiendo de la zona donde los realice. La dirección de crecimiento del pelo casi nunca va a ser perpendicular al cuero cabelludo, tomando un ángulo más agudo cuanto más nos aproximamos a las sienes. El cirujano tiene que ir observando la dirección que adoptan los pelos próximos para que se ajusten los nuevos folículos injertados con esta.

El injerto capilar y las expectativas erróneas 

No se puede pretender repoblar un área más grande que la que nos permita el área donante, consideramos que a partir de un nivel V en la escala de Norwood-Hamilton no se puede hacer una repoblación completa del cuero cabelludo. Cuando se cae en el error de intentar cubrir una zona demasiado grande se obtendrá una repoblación con mucha distancia entre folículos y el efecto será mucho peor que si se hace un diseño más realista, repoblando un área menor pero más densamente poblada de folículos pilosos.

Tendremos que priorizar la zona a repoblar. Dibujar un área frontal – anterior de pelo hará que la cara recupere su expresión original, por tanto será esta nuestra primera prioridad. Pero no solamente se puede errar en la extensión de cuero cabelludo que se desea cubrir, si se elige mal el diseño y no se prevén los futuros cambios también obtendremos injertos capilares defectuosos. Un caso habitual es el de pacientes que pretenden adelantar la línea frontal demasiado, con lo que se puede obtener un resultado poco natural y que por otra parte a largo plazo, al ir avanzando la alopecia su progresión natural hará que queden los folículos injertados demasiado aislados.
Otro caso común es el de pretender avanzar demasiado la línea de las entradas con lo que obtendremos unos resultados similares al caso anteriormente expuesto.

El injerto capilar y las cicatrices

Con el método de tira quedará inevitablemente una cicatriz horizontal en el área donante, pero digamos que es algo que se tiene asumido si se opta por este método y que se disimulará dejando siempre un poco largo el pelo de la parte occipital. Esta es la gran ventaja de la técnica FUE con respecto al método de tira, no quedará ninguna cicatriz si se realiza correctamente. Al principio tanto en las zonas donantes como en las receptoras quedaban huellas de las cicatrices, valles y montículos. Pero según fue progresando la técnica, las incisiones se fueron haciendo más pequeñas hasta la actualidad que están por debajo de 1mm y normalmente son de 0.7mm lo que hace que las extracciones de la zona donante cicatricen sin dejar ningún rastro, lo mismo que ocurre en la zona receptora.

En definitiva, es muy importante escoger un buen cirujano, con formación adecuada y mucha experiencia, para así evitar este tipo de problemas. Aquí puedes ver unas notas sobre nuestro cirujano , David Arbeláez.