Implante de pestañas
El implante de pestañas es tal vez la cirugía capilar más desconocida y que sin embargo puede aportar uno de los cambios estéticos más favorables, sobre todo a las mujeres.
Consideraciones acerca del implante de pestañas
La falta de pestañas puede deberse a quemaduras o traumatismos sufridos en los párpados o bien a procesos de alopecia que han de ser estudiados de forma personalizada para tratar de poner solución. Cuando la falta de pestañas es debida a procesos transitorios como puede ser la administración de quimioterapia a alopecias por estrés o por alguna enfermedad habrá que esperar un tiempo a que estas causas desaparezcan para después valorar la viabilidad de un trasplante. Los casos que mejor pronóstico tienen para un implante de pestañas son aquellos de personas que por motivos genéticos tienen una baja densidad, pero que no presentan problemas de alopecia. Son los párpados superiores los que normalmente albergarán el implante de pestañas y en pocas ocasiones los párpados inferiores. Los folículos que forman las pestañas tienen una constitución especial, diferente a los del cuero cabelludo, los pelos son más gruesos y su crecimiento es limitado. Los folículos que se utilizarán para el trasplante serán procedentes de la nuca, que por lo general tienen las características más parecidas, aunque no iguales.
Existe un cierto riesgo de que se formen quistes en los párpados tras el trasplante por lo que hay seguir a rajatabla las indicaciones del cirujano y acudir a todas las revisiones que este considere necesarias.
Implante de pestañas – el procedimiento
Esta cirugía se realiza de forma ambulatoria, con anestesia local más sedación. Estos son los pasos:
- En primer lugar se procede a rapar la zona donante, una pequeña área de la nuca, que será limpiada y anestesiada. La técnica que más se utiliza para obtener los folículos donantes es la FUE. Mediante un “punch”, se extrae de forma individual cada unidad folicular. Cada párpado podrá albergar alrededor de 30 unidades foliculares, lo que en la práctica supone un aumento de unos 40 o 50 pelos (cada unidad folicular puede albergar de uno a tres pelos).
- Una vez obtenidos y revisados al microscopio los folículos pilosos, se preparan las zonas receptoras, limpiándolas y administrando pequeñas dosis de anestesia local
- El cirujano procederá a hacer unas pequeñas incisiones en los bordes de los párpados donde se irán alojando los folículos, es muy importante que estos adopten la dirección adecuada, así como que el espaciado entre ellos sea también regular, para que el resultado sea lo más natural posible. Normalmente se insertan dos o tres folículos por cada incisión en el párpado.
- Tras la intervención el paciente podrá irse a su casa observando algunas medidas: los párpados estarán inflamados los primeros días por lo que se deberán tomar antiinflamatorios durante tres días y se aplicarán compresas frías durante los dos primeros días que ayudarán también a reducir la inflamación. También es recomendable dormir con la cabeza ligeramente elevada y evitar hacer esfuerzos y ejercicio físico durante la primera semana. Se aplicará una pomada a base árnica.
Implante de pestañas – el crecimiento de los nuevos pelos
Tras la intervención los pelos alojados en los folículos trasplantados se caerán dentro de las dos o tres primeras semanas y volverán a crecer a partir del segundo o tercer mes. El crecimiento de estos pelos será como el de los pelos de la nuca de donde proceden, es decir no se detendrán a los aproximadamente 2 centímetros de largo como los propios de las pestañas, sino que seguirán creciendo, esto hace que sea necesario recortarlos de forma regular y también curvarlos con la ayuda de un rizador de pestañas para que adopten una posición más natural.