El impacto psicológico de la caída del pelo

Si eres uno de los millones de españoles que sufre alopecia, sabes de primera mano que ver como el cabello se va volviendo mas débil, más fino u observar atónito cada mañana más cantidades de pelo en tu almohada tiene efectos secundarios emocionales demoledores para nuestra salud emocional. En la cultura actual, el pelo tiene una naturaleza simbólica. Desde que usamos ropas y tenemos calefacción en nuestros hogares o centros de ocio y trabajo, el pelo ya no tiene la importancia para la supervivencia del ser humano como la tenía antes, aunque la sociedad ha ido asumiendo y adoptando el pelo como un signo de salud y estatus haciendo a quien carece de cabello que sufra el impacto psicológico de la caída del pelo.

Para muchas personas la calvicie, es como una cicatriz emocional que les provoca un gran impacto psicológico. Estos individuos con pérdida de pelo padecen una disminución en su autoestima y un incremento de ansiedad debido a los cambios físicos que están sufriendo. En los casos más graves, los pacientes pueden desarrollar un trastorno dismórfico corporal, depresión y en consecuencia, experimentar una disminución de su calidad de vida. Este impacto psicológico puede llegar a ser traumático, llevando a quien lo padece a aislarse por la vergüenza que sienten. Esto, puede ser peor en las mujeres al sentir una mayor presión de la sociedad para ceñirse a un canon ideal de belleza estandarizado.

No debemos considerar los tratamientos capilares como un acto de vanidad, porque en muchos casos es un acto valiente hacia la recuperación de la salud emocional.

Por supuesto, estos daños emocionales traen consecuencias negativas en las relaciones sociales e interpersonales, pero también en el desarrollo de sus carreras profesionales. Podemos ver algunos ejemplos del impacto psicológico de la caída del pelo en la vida cotidiana:

• Incremento del estrés, inquietud o incluso dolor al realizar las tareas cotidianas diarias.
• Disminución del deseo de entablar relaciones nuevas o mantener las existentes.
• Sentimientos incontrolables de vergüenza o humillación que hacen muy difícil alcanzar los objetivos marcados o tareas personales.
• Tener envidia o celos de personas que tienen; sentir la necesidad de compararse constantemente con los demás.
• Perder el contacto con familiares y amigos o perderse fechas importantes de la vida por miedo a que la gente se de cuenta de los síntomas de la pérdida de pelo.

El que millones de personas padezcan alopecia no deja de tener consecuencias emocionales graves. No debemos considerar los tratamientos capilares como un acto de vanidad, porque en muchos casos es un acto valiente hacia la recuperación de la salud emocional.

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Esta información es exclusivamente un consejo médico y no reemplaza a una consulta con un profesional dermatólogo o capilar cualificado ya que cada paciente y cada caso específicos requieren atención personalizada.