El pelo en la antigua Grecia

El pelo en la antigua Grecia es un legado cultural que forma parte de un estilo de vida y una estética que ha llegado hasta nuestros días.

El pelo en la antigua Grecia

El estudio de la calvicie

Hipócrates, el padre de la medicina, es el pionero de los tratamientos contra la calvicie.
Es en la época del gran Pericles cuando Hipócrates observa que los eunucos conservan en mayor proporción el pelo que el resto de los hombres, por lo que hizo una relación directa entre la alopecia y la virilidad.
Hoy en día sabemos que es la testosterona la que tras un proceso de conversión en dihidrotestosterona la que causa la pérdida del cabello. Por supuesto a este nivel no pudo llegar Hipócrates, pero fue un primer paso.
El siguiente paso fue buscar soluciones con pócimas, algunas hechas a base de ortigas, que curiosamente sigue siendo uno de los ingredientes preferidos de champús y preparados para el cabello actuales. Otro de sus preparados consistía en mezclar sobre una base de excrementos de paloma, remolacha, comino y rábano picante.
Parece que estos remedios no dieron mucho resultado, pues el propio Hipócrates se quedó tan calvo que se acabó dando el término “calvicie hipocrática” para los casos más severos de alopecia.
Posteriormente se intentaron otros remedios, como el que propuso Pedanio Dioscórides Anazarbeo, otro gran estudioso de la botánica y la medicina, esta vez el preparado estaba hecho a base de aloe vera, que no solamente se utilizaba contra la calvicie, sino también para la curación de heridas y úlceras (hoy en día el aloe vera sigue siendo un buen remedio para cicatrizar) y como tratamiento para las hemorroides.

Tratamientos de belleza para el cabello

Además de intentar combatir la alopecia, los antiguos griegos y en especial las mujeres daban brillo a sus cabellos utilizando sobre todo el aceite de oliva, al cual añadían diferentes hierbas y de vez en cuando vinagre.
Perfumaban también el pelo con preparados hechos con el cocimiento de flores que añadían por supuesto al aceite de oliva. Además solían adornar sus peinados también con flores que sostenían con diademas.
En Grecia surge la figura del barbero, que actuará sobre todo para recortar y dar forma a los pelos y las barbas de los hombres, masajeando, cepillando, enrulando, dando brillo y perfumando en el ágora, donde se reunían los grandes personajes públicos.
Por el contrario las mujeres hacían sus tratamientos de belleza en el interior de las casas con la ayuda de sus esclavas.

Rubios como los dioses

En el periodo minoico, el más antiguo, que tiene su centro en Creta (entre el III y el II milenio) el color del pelo era negro en los hombres, con largas barbas y en las mujeres que aderezaban sus también largas trenzas con adornos metálicos.
Pero en el periodo micénico, que se centra en la Grecia continental (empieza sobre el año 1.900 AC) los cabellos dorados eran los más valorados, hasta tal punto que se creía que este era el color del pelo de los dioses. Siendo el dorado el color de los dioses, tanto hombres como mujeres intentaban conseguirlo decolorándose el cabello usando agua con potasa, para luego dejarlo secar al sol.
Aparte de decolorar el pelo, este podía ser teñido con gena para el cabello y azafrán para las cejas.
El color dorado del cabello además de ser símbolo de divinidad también era un indicativo de inocencia y de sensualidad.

El cabello un elemento diferenciador

El color, longitud de los cabellos, tipo de peinado, etc. va a ser un elemento diferenciador en la antigua Grecia, que va a indicar la procedencia geográfica, estado civil o estatus social entre otras características.

  • Las casadas
    Las mujeres solteras llevaban el pelo suelto y lucían cintas sobre la frente y cuando se casaban lo recogían en trenzas y los peinados eran más aparatosos.
    Las mujeres casadas debían cubrir su pelo con un velo para sus apariciones en público.
  • La longitud del pelo
    Las damas de la época trataban de llevar el pelo lo más largo posible, por lo que esta longitud era un elemento clave para indicar la clase social.
    El pelo largo indicaba tanto virilidad en los hombres como feminidad en las mujeres.
    El pelo corto estaba reservado a los esclavos y para indicar periodos de duelo.
    Los niños llevaban también el pelo largo pero al llegar a la adolescencia se les cortaba y hasta que no llegaban a ser adultos no lo volvían a dejar crecer.
  • La complejidad del peinado
    El pelo en la antigua Grecia no tenía porque ser muy complicado, sobre todo en el periodo más antiguo, donde era común que hombres y mujeres se ataran el cabello por encima de la frente en un estilo llamado krobylon.
    Es a partir del periodo Helenístico, que empieza en el año 323 AC, con la muerte de Alejandro Magno, cuando los peinados se complican y el pelo suelto largo da paso a más trenzas, rodetes y flequillos.Como en la arquitectura y la escultura, un elemento clave en los peinados es la simetría, así estos tenían que ser iguales de izquierda a derecha, haciendo unas artísticas cascadas de arriba hacia abajo, con rizos sobre la frente. Para conseguirlo se apoyaban en redecillas, horquillas e incluso en finos espirales metálicos. Además de peines se utilizaban unas tenacillas para hacer rizos.

    • Los moños
      Este era un peinado muy aristocrático, que solía ir acompañado por unos bucles que colgaban desde las orejas. El moño podía ir desde la coronilla hasta la base del cuello y se complicaba más para las grandes ocasiones, en las que también se portaban mejores pasadores, diademas y demás abalorios que podían ser de oro.
    • La cola de caballo
      Este era el peinado distintivo de la ciudad estado de Esparta, probablemente por su comodidad a la hora del combate y en los deportes, disciplinas en las que los espartanos ponían sus mayores esfuerzos.
      Eran las mujeres espartanas las que tenían las colas de caballo más largas y más adornadas con cuentas y perlas.