El pelo en el antiguo Egipto
El pelo en el antiguo Egipto tenía algo más que un carácter estético, representaba la vitalidad del hombre.
Es evidente que con el tiempo el pelo va perdiendo fuerza y calidad pero también hay una razón por la que no solamente los egipcios sino otros pueblos vieran en el pelo un reflejo de esa vitalidad: Esta es que en apariencia después de la muerte el pelo y las uñas siguen creciendo, como si tuvieran un alma propia aparte del resto del cuerpo. Lo que realmente ocurre es que la carne se retrae y deja aflorar tanto uñas como pelo dando la sensación de que siguen creciendo.
Combatir la alopecia en Egipto
Sabemos que el primer estudio sobre la alopecia con algo de acierto corresponde a Hipócrates, pero los egipcios trataron mucho antes de este de combatir la alopecia con ungüentos hechos con la grasa de diversos animales, todos ellos con un carácter bien divino, bien poderoso o ambas cosas: el cocodrilo, el gato, el león, el ibis, la serpiente, etc.
No hay ninguna razón científica para pensar que estos ungüentos dieran algún resultado.
Teñirse el pelo
Las canas siempre han sido un síntoma de vejez y si en los cabellos claros pueden pasar algo inadvertidas, en el pelo negro de los egipcios eran muy evidentes. Para camuflar las canas los antiguos egipcios ya teñían su pelo, incluso el de las cejas, como lo demuestra el llamado “papiro Ebers” que contiene una serie de recetas para convertir a un viejo en joven, este papiro también contenía una fórmula hecha de hojas de loto y aceite para que a la mujer competidora por un hombre se le cayera el pelo.
El pelo corto
Lo más normal es que el pueblo llano llevase el pelo corto. Esto más que una cuestión estética se debe a un tema práctico, por dos motivos principalmente:
- El calor.- El sofocante calor de Egipto es algo más llevadero sin un pelo largo que no hará otra cosa sino aumentarlo.
- Los parásitos.- Es más fácil mantener el pelo corto limpio y sin parásitos que si se tienen unas largas melenas. Parece que eran los parásitos, más que el calor, los que propiciaron que mucha gente se depilara el cuerpo.
Hablamos de pelo corto pero también era habitual raparse el pelo en los hombres, mientras que las mujeres del pueblo solían tener algo más de pelo y con forma cuadrada como otro elemento diferenciador de los hombres.
Algunos sacerdotes adoradores de los diferentes dioses que existían, no es que llevaran el pelo corto, es que tenían rasurada la cabeza en señal de sumisión a su Dios. Otros, como por ejemplo los que adoraban a Ptah (en Menfis) llevaban una peluca corta.
Las clases poderosas cuando se cortaban mucho el pelo lo hacían por lo general como un signo de pesar por la muerte de un ser querido, esto también se trasladaba a la divinidad, así Isis corta un mechón de su pelo por la muerte de su esposo.
El pelo largo
El pelo largo aunque nada más fuera por la cuestión práctica que hemos comentado antes del calor, solo podían permitírselo las clases más ociosas, es decir las más poderosas.
Muchas veces en lugar de pelo natural lo que estas clases superiores usaban eran pelucas y tenían el pelo corto que era mucho más práctico.
Estas clases poderosas se ponían en manos de lo que más tarde, en la antigua Grecia, serían los barberos o peluqueros, quienes cuidaban tanto de los peinados naturales como de los peinados de las pelucas. La figura del barbero – peluquero en el antiguo Egipto era algo diferente a la de Grecia ya que muchos de estos se dedicaban a la fabricación de las pelucas.
Las pelucas
Las primeras pelucas de la historia que tenemos noticias son las egipcias. Había diferentes tipos que respondían muchas veces a los diferentes ritos para los que eran utilizadas.
Las pelucas egipcias que han llegado hasta nuestros días estaban hechas de pelo natural dispuesto en mechones y recogido en trencitas, estas trenzas se hayan fijadas a una base de fibras vegetales a las cuales se adherían con resina y cera de abeja que parece que actuaba como la laca, manteniendo la peluca peinada durante más tiempo.
Las pelucas fueron cambiando con el paso de los tiempos y si en el Reino Antiguo y Medio se usaban las cuadradas y en menor medida las tripartitas (con dos mechones laterales que caían sobre el pecho y uno más que caía sobre la espalda), cuando se alcanza el Reino Nuevo las pelucas se hacen más complicadas acabando los mechones en un tirabuzón, diferenciando mucho más capas de pelo o haciendo trenzados más complejos, que por otra parte solían rematarse con más joyas. En este periodo no solamente hay pelucas más complicadas sino que también había muchos más modelos, como el de corte redondo o las de caracol.
Aunque el pelo utilizado era castaño, lo normal era teñirlo después de negro y en las épocas más tardías también se usaban otros colores como el azul que se conseguía a base de índigo y el rojo (con henna) y en menor medida también existían pelucas blancas y rubias.
Los niños
En los niños no había mucha distinción de clases, en todas ellas llevaban el pelo rasurado, para evitar los parásitos. A excepción de unos mechones que si que distinguían a las clases pudientes, lo normal es que los niños de estas clases pudientes lucieran “el mechón de la juventud” en lo alto de la cabeza, que peinaban hacia un lateral.
Hay varias representaciones en las que este mechón está coloreado de azul, el color de la divinidad.
Las bailarinas
Solían dejar su pelo largo suelto, o llevar una peluca larga en sus representaciones, para dar una mayor movilidad a sus ejercicios de baile, aunque también había bailarinas con trenzas de las que colgaban un peso para realzar sus movimientos.
Durante el parto
Parece que era una práctica habitual que las mujeres se recogieran el pelo en un moño y justo cuando el bebé iba a salir el pelo se desataba. Esto se debía a la creencia de que de esa manera se conjuraban los espíritus malignos. En grabados donde se ve a la madre amamantando a un niño también aparece con este tipo de moño.
Agarrar de los pelos
Siendo el cabello un símbolo tan potente de la vitalidad de las personas, el acto de agarrar a alguien el pelo en el antiguo Egipto significaba quedarse con su voluntad. Hay grabados que se conservan donde puede verse a un faraón egipcio cogiendo de los pelos a un enemigo, esto es el máximo signo de que lo había sometido y que lo tomaba por su esclavo.
Este gesto de sumisión pasará a culturas posteriores como la griega, donde el hecho de agarrar a alguien de los pelos viene a significar lo mismo. Y en otros pueblos se agrava pues si alguien se dejaba tocar la cabeza quería decir que entregaba su voluntad.
En los pueblos germánicos la falta de respeto pasa a las barbas “subirse a las barbas”, no dejes que nadie te las toque.