Alopecia nerviosa – el estrés en el pelo

La alopecia nerviosa afecta a personas que son propensas a la caída del cabello y que con los cambios que se producen en el organismo en situaciones de ansiedad y presión esta se precipita. Junto con la caída del pelo se suelen manifestar otros síntomas, entre los que se encuentran una mayor secreción de sebo y picores en el cuero cabelludo.

Alopecia nerviosa

Los efectos del estrés sobre el pelo

  • Está comprobado que el estrés actúa directamente sobre la hipófisis y el hipotálamo que segregan una mayor producción de hormonas, este hecho afecta al cabello de personas con propensión a la alopecia mientras que en personas no propensas no tiene este tipo de incidencia.
  • Las hormonas (del estrés) afectan de una u otra forma sobre la red de terminaciones nerviosas por las que está rodeado cada folículo piloso, así por ejemplo se ve afectada la neurotrofina (NGF) implicada en la regulación del crecimiento del pelo. El aumento de mensajes químicos recibidos hace que muchos de los pelos pasen a la fase telógena, fase última del ciclo capilar, de adelgazamiento y caída del pelo.
  • El otro factor por el que actúa la alopecia nerviosa es por el efecto de contracción de los vasos sanguíneos cuando existe estrés. Cuando los vasos del cuero cabelludo están contraídos el riego sanguíneo es menor, lo que hace que no lleguen los nutrientes ni el oxigeno de forma adecuada, empobreciéndose el pelo de forma generalizada.
  • Cuando el estrés se produce por un hecho puntual, como puede ser la muerte de un familiar o un ser querido o la pérdida de un empleo es habitual que haya una caída de pelo generalizada, lo que conocemos como efluvio telógeno, aun en personas con un cabello sano e incluso a veces pasados unos meses después del evento. La recuperación del pelo en casi todas las personas que sufren este proceso será total al volver al estado de tranquilidad previo al suceso.
  • Otro caso es el del estrés diario y continuado, debido a los problemas familiares, de trabajo, sociales, etc. Este tipo de estrés puede llevar a alopecias nerviosas ocasionales, que pueden durar meses y también puede producir episodios de caída del cabello crónicos, en personas en las que el hecho de ver como se les cae el pelo le genera más nerviosismo, produciéndose así un mecanismo de retroalimentación.

Tratamientos para la alopecia nerviosa

Qué duda cabe que la mejor manera para evitar la caída del cabello en estos casos es luchar contra el propio estrés:

  • Hacer deporte.- Con el ejercicio tonificamos los músculos, relajamos los nervios y eliminamos toxinas. Todo esto ayudará a mejorar el pelo.
  • Hacer yoga.- El yoga es un ejercicio que tiene como propósito el auto control del cuerpo a través de la mente. Si conseguimos controlar la respiración y las emociones tendremos gran parte de la guerra ganada, no solamente en el caso que nos ocupa de la caída del cabello, si no en gran parte de los aspectos de la vida.
  • Alimentación adecuada.- Demos al pelo los alimentos que necesita, tal vez con un aporte extra de vitaminas y eliminemos aquellos que le perjudican. Por supuesto fuera alcohol y tabaco en la medida de lo posible.
  • Tratamientos médicos.- No deberíamos iniciar un tratamiento con medicamentos por nuestra cuenta. Debemos acudir a un tricólogo que haga un estudio detallado de nuestro problema y que sea él el que recete los medicamentos oportunos. Dicho esto, es muy probable que de recetar algún medicamento se trate del minoxidil, ya que con él se contrarrestarán los efectos de constricción de los vasos que se producen durante el estrés y se mejorarán las condiciones de los folículos pilosos.
    Otros tratamientos médicos que podrían resultar beneficiosos son el plasma rico en plaquetas (PRP), la bioestimulación láser y en otro orden de cosas (probablemente más efectivo) la psicoterapia.

¿En qué se diferencia la alopecia areata de la alopecia nerviosa?

En primer lugar se diferencian por los síntomas, la alopecia areata se caracteriza por presentarse en zonas muy localizadas, en general no muy extensas y con formas redondeadas, mientras que la alopecia por estrés se manifiesta con una caída más o menos abundante repartida proporcionalmente por todo el cuero cabelludo en los hombre y un poco más localizada entre la parte superior de la cabeza y la línea frontal del pelo en las mujeres.
Es cierto que la alopecia areata se suele asociar con periodos de estrés al igual que la nerviosa, pero a diferencia de esta última es el propio sistema autoinmune el que ataca a los folículos pilosos. A parte del estrés la alopecia areata puede desencadenarse por otros factores como pueden ser las alergias, aunque no se sabe a ciencia cierta la totalidad de estos factores.

La Tricotilomanía

La tricotilomanía es un comportamiento compulsivo que tienen ciertos individuos de arrancarse el pelo de la cabeza o de otras partes del cuerpo como las cejas o las pestañas. Aunque también puede asociarse con la ansiedad, no se puede decir que se encuadre dentro de las alopecias nerviosas.