La alopecia en la coronilla
¿Alguna vez te has preguntado el por qué de la alopecia en la coronilla y cómo es posible que muchos hombres tengan prácticamente todo su pelo pero justo esa zona esté tan despejada?
No todos los pelos son iguales, los pelos de la coronilla también llamada “vértice craneal” son más sensibles a la dihidrotestosterona o DHT, esto también sucede con los pelos de la parte frontal de la cabeza y en especial los de “las entradas”, pero tampoco todas las personas son iguales y mientras que en algunos hombres la sensibilidad al DHT de los folículos pilosos es mayor en las entradas, en otros es en la zona de la coronilla. Es una cuestión genética, en la que si tenemos que buscar algún culpable habrá que mirar por la vía materna principalmente y teniendo en cuenta que la alopecia androgenética se suele saltar una generación. En cualquier caso el avance de la alopecia androgenética sigue un patrón que suele terminar afectando a ambas zonas con el tiempo.
Un caso distinto es el de las mujeres que sufren alopecia androgenética, su patrón de caída del cabello es mucho más difuso, el pelo se debilita por la zona superior del cuero cabelludo y empieza a clarear sin que haya una frontera bien delimitada entre la zona calva y la parte con pelo.
Síntoma de enfermedad cardiaca
Según un estudio llevado a cabo en la Universidad de Tokio y publicado por ‘British Medical Journal’ los hombres que presentan calvicie en la coronilla pero que mantienen el pelo de la zona frontal son más propensos a sufrir enfermedades cardiacas coronarias que el resto.
No es que el resto de hombres calvos no salgan también mal parados a este respecto, pero las coronillas calvas parecen ser un claro síntoma, sin que el estudio revele muy bien las razones. Entre las causas que se barajan sobre este efecto está la resistencia del cuerpo a la insulina que puede degenerar en la diabetes y por ende en problemas cardiovasculares.
Solucionar la alopecia en la coronilla
Como a nadie le agrada “enseñar el cartón” vamos a ver algunas formas para solucionarlo:
- Las fibras capilares.- Existe una gran cantidad de productos con esta denominación, por lo general hechos a base de keratina. Se espolvorean sobre las zonas calvas (puede que la calvicie en la coronilla sea su destino más adecuado) y si tenemos el tino de acertar con el color, la verdad es que dan bastante el pego. Eso sí cuando te laves la cabeza adiós fibras. También las hay en spray.
- Deja crecer el pelo.- Así como en las calvas de la parte superior y frontal jamás recomendaríamos que taparas la calva peinando unos pocos pelos hacia un lado, en la coronilla dará buen resultado dejarse el pelo algo largo y con destreza posicionarlo sobre la coronilla.
- Afeita toda la cabeza.- Hay hombres que están muy sexis con la cabeza afeitada. Lo malo es que tienes que repasar constantemente como si de la barba se tratase.
- Hazte judío.- Podrás usar la “kipá”, esta pequeña gorrita te vendrá al pelo (perdón por la broma dentro de la broma).
- Trasplante capilar.- Lo hemos dejado para lo último, pero sinceramente es la mejor opción. Si te preocupa tanto tu imagen como para usar fibras capilares, gastarás tanto dinero al cabo de los años como para que te compense el trasplante capilar y con los folículos trasplantados ya no hay nada que disimular y pasados unos meses desde la intervención te despreocupas. Por supuesto te recomendamos la técnica F.U.E. que aunque tengas que estar más tiempo en el quirófano luego no tendrás una cicatriz en la parte posterior de la cabeza que también hay que disimular.
La coronilla de los frailes
En la edad media a los monjes se les rapaba parte del pelo en un ritual de purificación que significaba la eliminación de los pecados anteriores y el nacimiento de una nueva vida. La tonsura que así se llamaba tanto a la coronilla como al primero de los grados clericales de la orden era concedida por el obispo.
El modelo de rapado que se corresponde con la coronilla, de forma circular y dejando un resto de pelo en la parte frontal, es la llamada tonsura romana, que era la que adoptaban los monjes de la liturgia latina. Poco a poco el tamaño de la tonsura fue disminuyendo hasta que en la Castilla del siglo XV se ordenó que la tonsura de los monjes no debía ser inferior al tamaño de una moneda. Esta costumbre siguió vigente en la iglesia católica hasta que la abolió el Papa Pablo VI en 1972.
En la iglesia ortodoxa el rapado de la cabeza era total (tonsura griega) y en las islas británicas las parte que se rapaba era la parte delantera, yendo de oreja a oreja (tonsura céltica o escocesa).
En mi opinión la tonsura romana está relacionada con el halo con el que se representa la santidad cristiana y que está directamente tomado de las deidades egipcias, en especial Ra, el dios Sol, símbolo del ciclo de la vida con sus continuas muertes al ponerse en el ocaso y renacimientos al salir por el horizonte oriental.
Como vemos la calvicie de la coronilla puede tener connotaciones positivas, pero os contaré que para los godos y los francos era un signo de humillación con el que se marcaba a los príncipes que no tenían éxito.